
Lunderby, de 21 años, ya había sido notificada por sus superiores y estaba con licencia administrativa desde el 20 de junio después de aparecer en la publicación.
Luego de ello, el departamento carcelario de Washington decidió despedirla alegando que "ella se convirtió en una distracción para su centro de labores".
De otro lado, el aguacil de dicho lugar dijo que "ahora que ella es una celebridad, es un peligro que trabaje en el centro penitenciario porque tiene mucho contacto con los internos y su seguridad estaría en peligro".
A su turno, la oficial se defendió y dijo que su trabajo en Playboy era un pasatiempo y que no estaba arrepentida de haber posado desnuda.